La Palma: Una «gastro-bodega» abierta desde 1935 en el Barri Gòtic

La bodega La Palma no ha perdido su esencia, con su estilo tradicional, mesas de mármol, barriles de vino, bancos de madera y mobiliario 100% auténtico y original, este local tiene un encanto que te atrapa desde el primer momento.

En sus tiempos mozos, esta bodega de la calle la Palma de Sant Just, número 7, fue durante décadas un punto de encuentro improvisado para artistas, pintores y poetas de la historia reciente de Barcelona… un ambiente bohemio que aún se respira cuando entras.

Una bodega con más de 80 años de historia

En cuanto a la comida, aquí es donde la magia realmente sucede. La carta es un viaje gastronómico que combina la cocina tradicional catalana con toques innovadores.

La Palma también es conocida entre los entusiastas de la enología por su amplia selección de vinos y cavas, aunque para ser sincero, yo soy más de una buena cerveza o un vermut.

Por cierto, este local está en el punto de mira de la mayoría de las «guías foodie«, así que en según que fechas, vas a encontrarte con una cantidad desorbitada de guiris… y aunque no le quita valor ni autenticidad a esta joya gastronómica, para algun@s puede ser algo «molesto».

Las míticas bravas de «La Palma»

No obstante, mi recomendación es y será siempre, su ración de patatas bravas.

La Palma: Una "gastro-bodega" abierta desde 1935 en el Barri Gòtic - vayaBravas

Su ración; no demasiado abundante, patatas de variedad agria y pochadas unos 15 minutos para después darle un crujiente extra con un fogonazo final.

Y las salsas, una de tomate deshidratado con unas gotas de tabasco (o eso es lo que me dice mi paladar) y pimentón, que se acompaña luego del rey de las salsas, un allioli como dios manda.

Lo dicho, si aún no has visito esta bodega del Gòtic, ya estás tardando en hacerlo.

¡Por aquí debajo te dejo mi visita al local!